La apatía podría convertirse en la epidemia más letal de la historia. Es un hecho que muchos animales mueren en medio de la soledad.
Cuando un grupo de voluntarios de Manejo de Fauna Callejera se disponía a iniciar un nuevo día, se encontraron con este joven en las calles de Tasajera.
Al verlo, sin poder moverse, creyeron que estaba muerto, pero no les importó y se acercaron. Estaba tan débil que no podía ni levantarse.
Está hambriento y la gente pasa a su lado pero nadie hace nada por él. No es justo que haya estado en tanta penuria desde que abrió los ojos en este mundo hace unos días.
“Te ofreceremos todo el amor para transformar tu vida”, afirmó la voluntaria.
Le pusieron Gorgojito. Era un poco más vivaz y daba muchos besos… Los besos tienen sabor a agradecimiento, confianza y contienen mucho amor.
Una vez que el amor triunfa y Gorgojito, ahora está disfrutando de su nueva vida con su familia.